Thursday, October 1, 2015

EL MAR DEL EMBARAZO

Estar embarazada, ni como descifrarlo, desmenuzarlo, recontruirlo.  Es complejo como un mar de oleajes turbios que desnudan nuestro instinto maternal de manera suave y violenta simultaneamente. Es espuma que se diluye sobre la arena como noche en calma, es serenidad y brote de lumniniscencia que turba de amor el alma.
Aquella primera noticia nos resquebraja la ficticia estabilidad en la que creemos navegar, momento decorado de sonrisa incierta, como marejada que nos inunda de alegría,de incertidumbre y de amor.
Y de ahí, parte el  continuo rompimiento de las olas en un atardecer pintado en tonos pastel durante los meses de gestación, a veces acompañado de ternura, a veces de miedo, de besos y abrazos retenidos hasta el nacimiento, de emociones que revolotean en cada rincón de la consciencia que se va contruyendo como madre, como nueva mujer que renace desde el vientre para convertirnos en eso que no sabemos que somos, que nos devuelve al sentido puro de ser, de generar, de convertir nuestro ser en el otro. 
Las emociones que se apilan en el corazón durante la creación del nuevo ser se vuelven interminables, expanden cada sentimiento, cada milímetro de consciencia, se convierten en la oportunidad perfecta para decodificar nuestra claves pendientes, para reconstruir nuestra vida, para reescribir nuestra historia, para descifrarnos.     
Todo llega de un vuelco que revienta el día del nacimiento, y deja en calma el agua de vida que flota en nosotras, en cada recoveco del alma. Y la dicha es infinita cuando al tenerlo ahí, adherido a nuestros brazos, podemos entregarle la totalidad de lo que somos. Porque ese pequeño ser llega a revolucionarnos la vida, nos matiza los días, nos devuelve como un bálsamo a lo esencial, a lo intinseco y elemental, al amor en mil tonalidades, al amor absoluto, al amor que ilumina eternamente, al amor profundo como el mar.  


  

Monday, August 31, 2015

DE SER MAMA

Momento mágico, sublime y creador. Estallido de permanencia condimentado de amor que permitió que mi instrumento de existencia pudiera prosperar.
Siempre supe que la maternidad sería una pieza clave en mi caminar, pero no imagine su interminable majestuosidad, el halo de arte convertido en emoción que la rodea, la capacidad de profunda transformación que genera, ni el hechizo eterno en el que me sumergiría.
La primera noticia me revolvió el alma en una simbiosis de emociones indescriptible, pero gracias al tiempo por suceder, se asentó lo trascendente y ahí empezó el resplandor.
Durante la gestación trataba de balancear la hojarasca de emociones que me cubría, entre el miedo a que mi mama no sobreviviera, el terror de perder  a mi niña adorada y la alegría de ver cada amanecer acercando la resolución final. Esa incertidumbre interminable era suavizada como terciopelo por mi tía y nuestras amigas que nos inundaron cada centímetro de aire hasta convertir la oscuridad en luminiscencia.
Y a pesar de todo, el proceso de creación de mi pequeña pieza de arte viviente fue hermoso. La magia siguió sucediendo hasta el día que terminó de germinar en mí y llegó ese pequeño y esperado ser a restaurarme, a reconstruir mis derrumbes, a desarrollar una armadura de convicción por vivir tan plenamente que solo ella la podía labrar, día a día durante 9 meses, sin siquiera percibir el inmenso cambio en mi conformación. 
El sublime día que llegó  entendí mi existencia, brotó en mi cada partícula de idolatría, protección y ternura posibles para a partir de ahí, impregnarme de ella eternamente y transformar mi yo temeroso, irresoluto y eventual. 
Hoy gracias a ella permanezco en transformación, construyendo desde mi origen la unidad de mi naturaleza de mujer, de persona, de instrumento creador de perpetuidad. Porque me empuja hacia el acantilado cuando me asedia el temor, me satura de fascinación con su sonrisa, me impregna las mañanas de coloridos panoramas en tonos pastel, me cubre las heridas con sus pinceladas, me rompe los bosquejos y me reconstruye la estructura para convertir esta vida en cielo estrellado bajo las olas del mar.      
Gracias a mi niña por estar aquí, por elegirme, te amo infinitamente.
       

Thursday, August 27, 2015

EL CANCER EN MI VIDA

El llegó a invadir mi vida cuando tenía 12 años, como una sombra abismal, destructora, urente, ácida. Llegó para llevarse mis cimientos, mi estructura, mi savia, mi infancia y adolescencia.
Fue consumiendo a cuentagotas cada armazón que me sostenía, cubriendo los amaneceres de un manto pardo para dejar ante mis pupilas un mundo velado, oscurecido, a medio existir; porque así quedé aquella madrugada que mi padre escogió para escucharlo y despegar para siempre, porque ya la arena de aquel reloj se había terminado, el ya no lo dejaba ni pronunciar palabras claramente, ni deambular por aquel piso rojizo, ni abrazarme, lo succiono hasta que ya no pudo extraerle más, y después, se lo llevó.
Varios atardeceres después nos volvió a invadir con su repugnante presencia  desenmascarando su terrible perfil frente a dos piezas más de mi rompecabezas familiar, y volvió a triunfar.
Pero durante un abril, mientras dentro de mi ser florecía la vida, él volvió, tal vez para recordarme que ahí estaba su sombra, para derrumbar mis construcciones internas, para invadir mi existencia intentando llevarse a mi madre, pero luchamos contra él desde las entrañas, desde lo más profundo de nuestra esencia, porque no podía ganar, no lo dejaríamos esta vez, y así fue,  nos dejó ir después de siete meses de interminables días de desasosiego, de luz y oscuridad, de agridulce en el alma. 
Desde entonces le temo, me invade a ratos su energía maligna que intenta impregnar  su incertidumbre en mí, y yo lucho contra él porque no me puede destruir otra vez, esta lucha es permanente y hare todo para rechazarlo de mi ser.
A pesar de ser quien más dolor me ha generado me dejó aprendizajes bajo la luna de los que estoy inconmensurablemente agradecida, gracias a su presencia maldita soy lo que soy, sin él nunca lo hubiera sabido, caminaría por los senderos perdida entre mis abismos emocionales sin saber donde parar, hoy se a donde van mis pasos, elijo mi destino y voy a paso firme, a veces tambaleante, pero con la certeza de que mi espíritu es un caminante con rumbo fijo.
     


Wednesday, August 26, 2015

GRACIAS POR ESTAR AQUI

!Gracias! Gracias por llegar a este microuniverso, espacio para compartir eso que nos mueve la estructura, nos rompe la existencia, nos hace suceder, nos deja ser en este cosmos tan rebuscado, confuso pero exquisito y espléndido, cautivador hasta su fundamento. Bienvenido.

EL AMOR QUE NO COMPRENDO

No te entiendo, te explican, te estudian, te analizan, pero sigo sin entenderte, así eres amor, de incomprensible para mí.
Como te he experimentado has sido agobiante, encantador, invasor, bello, aturdidor y asfixiante. 
Porque me llenas la existencia, me completas la inconsciencia, me rompes las ideas y me las unes desde lo más profundo, desde donde empiezo a existir, ese recóndito espacio entre vida y muerte, entre lo espiritual y místico, entre tu y yo.
Porque llegas, porque te vas. Porque me marcas como nadie, porque dueles tan adentro, donde ni siquiera se que existo, hasta mi origen. Supongo que porque no somos sin ti, porque tú nos haces existir, porque sin ti no hay nada.
Amor, quédate aquí, eternamente, flotando, no duelas, déjame existir plenamente en tí. 

Tuesday, August 25, 2015

DE AQUEL PRIMER AMOR

(Si se le puede llamar así)

Ni siquiera recuerdo cuándo fue, solo sé que a los 12 años me invadiste la existencia, pero desde entonces me has acompañado por 25 años en ese minúsculo recoveco infantil que guardo en mi ser.
Los oxidados detalles son difusos, casi invisibles, pero la claridad llega con una nitidez exquisita en tres sucesos tan trascendentales como mi existencia.

1. Aquella noche:  Día funesto, terrible, oscuro como las entrañas del abismo, destructor de vida, inmovilizador del alma. 
Ese día leí sin esperarlo, aquel título en la cama del hospital "Cáncer de pulmón" ese era el nombre que se llevaba a mi padre como diluyendo el mar. Con solo 13 años no entendía, era impronunciable. Me quedé flotando en ese muro de dolor, porque la mitad de mi vida era él, mi papá. Y cerrando el cancel donde esperaba con ansias verte pasar cada mañana para olvidar por un momento su enfermedad, llegaste, mágica coincidencia que me rescato como la luna al sol cada noche, no hubo más, me rescataste de una galaxia ennegrecida.

2. El beso: La virginidad de mis labios se terminó contigo, era solo un juego, pero aun saboreo la sensación fluvial, cálida, suave y empapada de magia de aquel primer beso, beso infantil, ingenuo. Escucho aquel lejano eco de nuestros compañeros de juego en cuenta regresiva 7, 6, 5, (!!!!!!no te acabes por favor!!!!!!) 4, 3, 2, 1 y llegó lo inevitable, llegó a su fin como ola que revienta, pero se quedó su espuma, impregnada. Beso que como gota matinal, decoró mi follaje en esas noches oscuras durante la lenta partida de mi padre.

3. El reencuentro: y algún tiempo pasó, y nos volvimos a encontrar, labio a labio, como niños convertidos en adolescentes, pero con la vehemencia que se apilo por años como un extracto en mi esencia, en la tuya, exaltada, robusta y enardecida. Los mismos dos, esos seres que se reconocieron como viejos amigos, que no olvidaron ni dejaron el recuerdo sutil de ese simple, llano, austero y pueril beso, ahora convertido en detonación. Y ahí te quedaste. Hoy ya no estás, pero guardo la sensación como una raíz inquebrantable, porque fuiste  de los recuerdos que no se van a la eternidad, se atoran en el trayecto, y así se quedarán.




DEJAR ATRAS MI LUNA MENGUANTE

De ser luna menguante

Y lo inevitable llegó al fondo, no hay a donde correr y esconderse.Ya no hay trincheras ni guaridas dentro para proteger este derrumbe de emoción que vela cada instante de mi existencia.
 Por eso hoy, empiezo a descifrarme, o mejor dicho, a intentar descifrarme, porque con estos 37, se quien soy, pero con un profundo grado de auto incomprensión que aturde, estanca, golpea y entume el alma.
Deseo estallar como masa etérea y fusionarme con mi ser, para dejar de existir a punto y coma. Basta de pausas, alto a la intrascendencia, ahora es tiempo de fusión, de intensidad consciente, de luz incandescente que me deje ser luna llena, plena, y dejar de vivir en luna menguante.